domingo, 23 de julio de 2017

Adiós a una gran amiga: "tía Alicia"

El pasado día 13 de de julio falleció nuestra paisana y amiga Alicia Sánchez Matas, “tía Alicia”, como cariñosamente todos la conocíamos. Tenía 94 años.

Sí, mis queridos paisanos, amigos y lectores, tía Alicia era una persona encantadora, simpática, sensible, siempre con la sonrisa en la cara, reflejando una bondad infinita. Era una mujer que quería y se dejaba querer. Además, era amiga no sólo de sus amigos, sino de todos.

Sirva este corto, pero cariñosísimo, escrito en favor de esta gran señora gevata, de la que tanto tenemos todos que aprender.

(Foto: Juan-Miguel Montero Barrado)

jueves, 15 de junio de 2017

Viaje de un gevato por Tierra Santa y Jordania (y 4)

10 de mayo. Desayuno y salida hacia la frontera de Sheikh Hussein, Jordania. Continuación hacia Jerash, la antigua Gerasa de la Decápolis. Llegada y visita de la zona arqueológica de la ciudad greco-romana: el Hipódromo, el Teatro Sur (con capacidad para 3.000 personas y una acústica excelente), el Cardo Máximo o avenida de las Columnas, el Foro, el Arco de Adriano...


También, el Anfiteatro, la Basílica Bizantina, el templo de Ártemis, etc.


Por la tarde, subimos y visitamos el Monte Nebo, de 710 metros, desde donde, según la Biblia, Moisés contempló la Tierra Prometida y fue allí donde murió a la edad de 120 años.


Cierto es que en días claros se puede ver el valle del Jordán, el oasis de Jericó, el mar Muerto, los montes de Jerusalén y Belén... 


Según nos dijo el guía Mohamed, en la parte baja dio unos golpes sobre la tierra y brotó agua, manantiales que aun existen y que sirven para recordar los hechos acontecidos. Traslado a Petra.

11 de mayo. Visita a Petra, la sorprendente ciudad rosada, capital de los nabateos (siglo VIII a. C.). Su único acceso es el desfiladero de Siq, de un kilómetro de largo, con paredes de hasta 100 metros de alto.


De repente se abre un inmenso valle circular en el que está enclavada la ciudad. El primer monumento que aparece es el llamado Jazné, Tesoro del Faraón, probable tumba de un rey nabateo; esculpido en la roca rosada, es de estilo clásico griego. 


Siguiendo el recorrido va surgiendo una serie de tumbas nabateas, excavadas sobre la pared, y magníficos templos. 


Un poco más adelante vemos el semicírculo del teatro romano y frente a él, en la pared derecha, observamos las tumbas reales de Urna, Corintia y  Escalonada. 


La visita sigue llena de sorpresas y al final del valle, subiendo casi 800 escalones, se llega al Al-Dayr (Monasterio), el mejor de los monumentos de Petra, pero el menos visitado; es impresionante por las medidas de su fachada. 

Seguimos maravillándonos al ver las ruinas romanas...


Y así, hasta llegar nuevamente al desfiladero en su tramo final, para continuar recreándonos aun más de todo lo que en la ida habíamos visto.

Almorzamos, pues había que coger fuerzas, y nos trasladamos a Amman.


Se trata de una ciudad en la que al llegar hicimos un recorrido panorámico por la antigua Philadelfia de la Decápolis, haciendo una parada, cómo no, en su esplendoroso anfiteatro romano.


12 de Mayo. Salida hacia la frontera del Puente Allenby, paso y continuación a Jerusalén, visita nuevamente a la Ciudad Santa y Santo Sepulcro, compras y comida. Por la tarde, traslado al aeropuerto de Tel Aviv y salida en vuelo de regreso a Madrid.


Para finalizar. No he querido empañar este escrito contando lo visto, oído y pasado al cruzar la zona fronteriza entre Jerusalén y Belén, pero resulta vergonzoso observar el control que en ella hacen y, más aún,  ver el muro -sí, el muro- de 6 metros de altura por 1 metro de grosor. Como nos dijo el guía, hay muchísimos más, uno en cada sitio donde los judíos consideren peligrosos a los palestinos ¡Qué pena! Actualmente hay construidos, entre muros de cemento y alambradas electrificadas, más de 600 kilómetros. Digo yo: ¡los judíos no tienen que tener la conciencia muy tranquila! Sin más comentarios.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

lunes, 12 de junio de 2017

Viaje de un gevato por Tierra Santa y Jordania (3)

8 de mayo. Visita de la iglesia franciscana de Betfagé, en la falda del Monte de los Olivos, y a varias tumbas excavadas en las rocas. De allí subimos al Monasterio del Pater Noster, sito en lo más alto del Monte y construido en el lugar que Jesús enseñó a los discípulos la oración del Señor. Todas sus paredes, tanto exteriores como interiores, están ambientadas con azulejos del Padre Nuestro en 116  idiomas. 


Algo más abajo, exactamente en el torrente Cedrón y bajo tierra, se encuentra la cripta de la iglesia greco-ortodoxa de  la Asunción, donde se encuentra el Sepulcro de María; para acceder hay que bajar por una empinada escalera. 


Al lado está la Gruta de Getsemaní, en la que el Maestro se reunía con los apóstoles. Muy cerca, el Huerto de Getsemaní o de los Olivos, donde tuvo lugar el prendimiento del Señor; en él podemos observar, entre otros, olivos milenarios y uno en especial de más de 2000 años. 


Junto a este huerto está la basílica de la Agonía, en la que delante del altar se encuentra la roca venerable, que, según la tradición, fue donde Jesús oró la noche de su arresto después de celebrar la Última Cena. 


Desde diferentes puntos del Monte pudimos contemplar hermosas vistas de Jerusalén. 


Por la tarde visitamos el Monte Sión Cristiano. En el barrio armenio, a San Pedro “in Gallicantu”, donde se conmemora su arrepentimiento. También estuvimos en la tumba del rey David; en el Cenáculo donde Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos; y en la Abadía de la Dormición de María.

Luego entramos en la Ciudad Vieja y recorrimos por el restaurado Barrio Judío, visitando el antiguo Cardo Máximo romano, el Muro de las Lamentaciones y una sinagoga sita junto al muro oeste.


9 de mayo. Visita de la Ciudad Vieja de Jerusalén, no sin antes pasar  por un control judío, y a la Explanada de las Mezquitas, donde vimos  la de Al-Aqsa y la de la Roca, llamada así porque en su interior se halla la roca sobre la que Abraham iba a ofrecer en sacrificio a su hijo Isaac. 


De ahí fuimos a contemplar la iglesia de Santa Ana, lugar donde nació la Virgen María. 


En las inmediaciones, junto a sus jardines, están las excavaciones arqueológicas de la Piscina de Bethesda o Probática, donde Jesús hizo su primer milagro en Jerusalén curando a un paralítico. Visitamos también la Iglesia de la Flagelación, lugar que recuerda lo que le ocurrió al Señor, y vimos una proyección sobre Jerusalén en tiempos de Cristo.

Luego hicimos un recorrido siguiendo los pasos de Jesús por la Vía Dolorosa hasta la Basílica del Santo Sepulcro.


En la entrada nos encontramos con la Piedra de la Unción, donde dice la tradición que el cuerpo de Jesús fue preparado después de ser bajado de la cruz para ser enterrado. 


Visitamos el Santo Sepulcro, la tumba del Señor, que se encuentra en el centro de la gran rotonda; la primera cámara recibe el nombre de Capilla del Ángel, donde el Ángel del Señor dio a las mujeres la gran noticia: “Él ha resucitado”. En el centro de la cámara hay un pedestal que muestra un fragmento de la piedra redonda que cerraba el sepulcro. Una angosta puerta conduce a la cámara sepulcral, donde una losa oculta los restos del banco donde fue depositado el cuerpo de Jesús. En el frontal hay un paño con una frase en griego que dice: “Resurrección de Cristo”. 


De allí fuimos a oír misa en una capilla que, dadas sus característica, creía que estábamos en una catacumba. 

Y finalizada ésta, subimos al Calvario o Gólgota. Vimos primero la roca abierta y resquebrajada, que muestra cómo la tierra se abrió al expirar Jesús; luego, el altar central; debajo de éste está la roca del Calvario, indicada por un disco de plata donde estuvo clavada la cruz; y allí, en el profundo hueco, metimos la mano.


Bajamos después a la capilla de Adán, que se encuentra justo debajo del Calvario y  continuamos viendo la gran roca con su hendidura.


Después, almuerzo y Vía Crucis, siguiendo en parte el camino que por la mañana habíamos hecho. El resto de la tarde, libre.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

miércoles, 7 de junio de 2017

Viaje de un gevato por Tierra Santa y Jordania (2)

6 de mayo. Muy temprano, antes de desayunar, asistimos a una misa en la Gruta del Nacimiento: ¡impresionante! Después nos desplazamos a la pequeña localidad de Ein Karem. Primero visitamos el santuario de la Visitación, donde la Virgen fue a visitar a su prima Isabel al conocer que ella también esperaba un hijo, a pesar de su avanzada edad. 


Luego fuimos el santuario de San Juan Bautista, en cuya parte izquierda hay una gruta, un lugar vinculado  a la vivienda de Zacarías e Isabel, y el nacimiento de Juan Bautista. 

Más tarde fuimos a Jerusalén, donde hicimos un recorrido por la parte nueva. Llegamos hasta el gran candelabro de los 7 brazos, de bronce, sito enfrente del Parlamento o Knesset; está rodeado, como casi toda la ciudad nueva, de verde y en este lugar, más en concreto, de rosales. 


Regresamos a Belén y, agregándonos  a otros grupos de peregrinos, hicimos la procesión. Salimos de la iglesia de los franciscanos, llamada santa Catalina, que está adosada a la Basílica de la Natividad. En el recorrido pasamos nuevamente por la Gruta del Nacimiento. Hicimos una comida sencilla, pero extraordinaria, en la Casa Nova, el comedor donde comió no hace mucho tiempo el papa Francisco; bien es cierto que tanto los espaguetis como el pollo fueron de 5 estrellas, y la sandía, de 5 pipas, como dijo nuestro buen amigo Paulino. 

Por la tarde fuimos a la pequeña aldea de Beit Sahur, donde se halla el Campo de los Pastores; vimos algunas cuevas en las que habitaban éstos y a quienes un ángel les dio la gran noticia del nacimiento del Niño Dios; allí han levantado el Santuario Gloria in Excelsis. 


Regresamos a Belén, donde entramos en la Basílica de la Natividad, acabando nuevamente, esta vez con más calma, en la Gruta del Nacimiento para venerar y adorar la estrella de 14 puntas con la inscripción “Aquí nació Jesucristo de la Virgen María”.


En la Gruta de Belén también vimos  el altar de los Magos y el pesebre.


7 de mayo. Traslado a Betania, lugar en el que tuvo lugar la resurrección de Lázaro; hay levantada una iglesia con el nombre de Marta y María. 


Pasamos por el desierto de Judea y llegamos a Qasr-el-Yahud, lugar del bautismo de Jesús en el río Jordán. Alisha, niña de 3 meses, fue bautizada y los peregrinos renovamos nuestras promesas bautismales. 


Nos trasladamos a Jericó, un Oasis, formado por el manantial de Eliseo, que convirtió el agua amarga en agua  dulce.


Visitamos las ruinas de la ciudad, la más antigua del mundo: data de 8000 años a.C.; contemplamos el Monte de la Cuarentena o de las Tentaciones y comimos. 

Nos dezplazamos hacia Qumran, donde primero visitamos el Centro de Interpretación; luego acudimos a ver in situ las excavaciones del monasterio Esenio y la panorámica de las cuevas donde se encontraron, dentro de unas vasijas, los conocidos como Pergaminos del Mar Muerto. 


Fuimos al Mar Muerto, de 71 kilómetros de largo por 16 de ancho y a 398 metros bajo el nivel del mar Mediterráneo; no nos faltó tiempo para darnos un baño. 


De regreso visitamos el hermoso monasterio griego-ortodoxo de Saint Gerassimos, en el que me llamó la atención, en otras muchas cosas, una pintura dedicada a la Dormición de la Virgen, como la denominan. 

De allí nos trasladamos a ver una panorámica del desierto de Judea y en la ladera de un inmenso desfiladero muy empinado y profundo vimos colgado el monasterio griego-ortodoxo de san Jorge de Coziba: espectacular. 


Finalmente nos trasladamos a Jerusalén.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

lunes, 5 de junio de 2017

Viaje de un gevato por Tierra Santa y Jordania (1)

3 de mayo. Vuelo de Madrid a Tel Aviv y traslado a Nazaret. Cena y alojamiento en el Hotel Casa Nova, perteneciente a la Orden Franciscana.

4 de mayo. Visita a la Basílica de la Encarnación, en cuya cripta está la Gruta de la Anunciación.


En las cercanías está la escultura de San José, triste, y al lado, la iglesia que lleva su nombre, en cuya cripta se encuentra el lugar donde tenía la carpintería


A escasos metros están las cuevas del poblado de Nazaret, de hace más de 2000 años. Atravesamos el zoco -por cierto, muy curioso- y nos presentamos en una iglesia griego-ortodoxa llamada de San Gabriel, donde se encuentra, al fondo de la misma, la única fuente-manantial que había en Nazaret y donde acudían todas las mujeres en busca del agua; su nombre es  la Fuente de la Virgen. 


Por la tarde fuimos a Caná de Galilea, lugar del primer milagro de Jesús, al convertir en vino, durante una boda, 6 tinajas de agua hechas de piedra; allí, en un acto religioso, renovamos nuestras promesas matrimoniales, nos dieron el certificado y nos invitaron a un vasito de vino. 


Seguidamente nos trasladamos a Haifa, enorme ciudad, muy industrial y con el mayor puerto de Israel; subimos al Monte Carmelo, lugar donde está el Santuario Stella Maris; en él se fundó la Orden del Carmelo; dispone de una vista panorámica espectacular de la ciudad, con los hermosos jardines de Babai y en ellos, el Santuario del Centro de Fe Bahai, que es de origen islámico persa


Al fondo puede verse el gran puerto y las industrias. Finalmente hicimos un recorrido por la ciudad y regresamos a Nazaret.

5 de mayo. Subimos al Monte de las Bienaventuranzas, escenario del Sermón de la Montaña; allí fue donde Jesús predicó bienaventuranzas como la de “dichosos los pobres…”.


Desde ese lugar, con un espléndido día, aunque con algo de canícula, divisamos el mar de Galilea o lago de Tiberiades.  Bajamos luego a Tabgha, a orillas del lago, donde han levantado una pequeña iglesia con el nombre de Iglesia del Primado, en la que delante del altar se encuentra una gran roca llamada Mensa Christi, que recuerda el relato de la aparición de Jesús resucitado y lugar donde Jesús nombró a Pedro primer Primado de la Iglesia. 


Fuimos después a Cafarnaum, “la Ciudad de Jesús”, donde más predicó y milagros hizo; a orillas del lago, en un marco incomparable, oímos misa; seguidamente vimos restos de la casa de San Pedro; sobre ésta, respetándolos, se ha construido una iglesia funcional y al lado está la casa de la suegra del santo; visitamos las hermosas ruinas de la antigua sinagoga del siglo IV. 

Proseguimos nuestro recorrido hacia el santuario de la Multiplicación, donde Jesús hizo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, hoy dirigido por padres benedictinos alemanes; en el suelo pudimos ver hermosos mosaicos del siglo V con temas relacionados con el milagro, y la flora y fauna de la zona. Hicimos la travesía en barco del lago Tiberiades o mar de Galilea, durante la cual reinó un ambiente alegre y espiritual.


Al tomar tierra comimos; muchos probaron un san Pedro, pez del lago. 

Por la tarde nos acercamos al Monte Tabor, cuyos últimos kilómetros hubo que subirlos en taxi; visitamos la iglesia de la Transfiguración. 


Desde lo alto aprovechamos el momento para contemplar el valle Esdrelón, en la Baja Galilea. 


Finalmente regresamos a Belén.

(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)

sábado, 11 de febrero de 2017

En recuerdo de un gran amigo


Acabo de recibir de la esposa de mi gran amigo, Felipe Carpio Rodríguez -que desgraciadamente falleció el día 12 de febrero del año 2015, para ser más exacto, a los 71 años de edad- un hermoso escrito, hecho el 29 de noviembre del 2004.

Verdaderamente, cuando me fue entregado, recibí una gran sorpresa y, a la vez, alegría, ya que desconocía la existencia de tal documento, que me ha servido para corroborar el amor y cariño que siempre demostró tener hacía nuestro pueblo, Valdelageve, y a sus gentes. ¡Gracias, mi querido amigo!

Ahora espero que sea del agrado de todos vosotros, ya que en breve espacio sabe condensar perfectamente tanto la belleza de nuestro pueblo y sus alrededores como los valores de sus gentes.




(Fotografías: Juan-Miguel Montero Barrado)