lunes, 3 de mayo de 2010

Un gevato de Valdelageve

He estado esperando el momento de presentarme ante mi pueblo, mis paisanos, amigos y lectores, tal y como me defino: Juan-Miguel, un gevato de Valdelageve.

He repetido tantas veces en voz alta como baja, “soy yo, estoy aquí, porque soy de aquí, porque aquí nací”.

Bien es cierto que todo esto se debe, desde que tengo uso de razón, a la cantidad de historias oídas y repetidas a mis padres, que algunas de ellas, y sin quererlo, las había visto y sentido en mi interior.

Con el objetivo de que lo expuesto con anterioridad, no se desvaneciera de mi imaginación, pensé que no tenía más remedio que ir a ver y escuchar in situ todo lo que en mi mente estaba grabado.

Cuando llegué a mi pueblo, por fin, me sentí orgulloso, mi meta se había cumplido y desde entonces comencé a adquirir un sentido más real.

Aquí, en Valdelageve, mi pueblo del alma, comencé a ver y a percibir la verdad tal y como me lo habían contado y descrito.

Cuando escribí mi libro Notas de Valdelageve y fue publicado pude darme cuenta, releyéndolo, que todo parecía más fantástico aún. Durante mi estancia siempre encontraba y sigo encontrando momentos para salir sin rumbo fijo, pero casi siempre pensando en mi pueblo, sus gentes, sus necesidades, porque. . .fui, soy y seguiré siendo un gevato. En esta ocasión, y siendo muy realista, seguiré estando pendiente y haciendo o ayudando hasta el día en que fallezca.



(Foto: Juan-Miguel Montero Barrado).



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